_____
No te has dado cuenta? Me huelo lo peor. Que este par esta imbécil se va a enamorar obsesionar, volvemos a... a lo mismo de siempre. Y por lo tanto, a utilizar una canción en mi repertorio clásico, eso sí, con sus consiguientes modificaciones, ya que no puedo utilizar ciertos verbos como "amar" u "odiar" sin haberlos sentido jamás, porque, aunque nos cueste aceptarlo, son pocos los afortunados -o desafortunados- que pueden presumir de haber experimentado tales sentimientos. Lo que sí que puedo afirmar en estos momentos es que la torre de defensa que durante más de 4 meses estuve construyendo concienzudamente con naipes, ha perdido de golpe y porrazo, y sin aviso previo uno de sus pilares principales, y con el paso de las horas se está desmoronando... y obviamente, yo estoy quedando sin ningún tipo de protección frente a los días que me esperan.

No sé cómo afrontarlo. ¿Otra oportunidad del destino o mejor otro castigo más por ser yo? Dicen que a la tercera va la vencida... ¿pero a la que hace 5 millones? Probablemente sería mejor ignorar lo ocurrido, pero no puedo hacerlo, al final resultará que soy yo la que sufre de algún tipo de trastorno obsesivo-compulsivo (y ahora es cuando alguien de los poco que me lee se sorprende asintiendo eufóricamente). No obstante, en una de mis extrañas disertaciones decidí que si la obsesión es algo intrínseco al ser humano, no se nos puede culpar de ella. ¡Qué perdida estoy! ¿Algún psicólogo a la vista? (nótese la doble intención en dicha pregunta que roza lo retórico) .

Y para más inri, siempre se repite esta situación en momentos de máxima tensión. Sigo sin saber si mi compañera de piso será quien figura en la lista como tal debido a problemas con mi -como ya bien se sabe- bienamada burocracia. Vale que ella debe estar pasándolo peor, pero a mí me gustaría contar ya con la seguridad de saber con quién compartiré habitáculo (porque no sé si se puede calificar a un espacio de 40 m2 como "casa")... y además me parece una chica muy maja con la que creo que podría llevarme bastante bien. Ains. ¿Por qué nunca me saldrá nada bien a la primera? Sólo consigo que las cosas fluyan correctamente al primer intento cuando su consecución depende única y exclusivamente de mí misma. Pero ese tema ya fue tratado con anterioridad. ¿Véis? Además de estos dos líos y el "Expediente Celular", ahora resulta que me repito en los temas aquí tratados.

Sólo advierto que sería mejor que nadie me recomendase paciencia, que se estarán jugando una dosis de vudú a lo Aramís Fuster... y no tiene pinta de ser muy agradable que te metan un pepino por el culo. Empero, siempre me quedará el gran Kimi Räikkönen para consolarme, que por fin, y tras más de un año de sequía (en lo que a ganar carreras se refiere... en lo personal lo dudo mucho teniendo en cuenta su currículum), hoy ha terminado con sus relativamente malos resultados. A ver si se me pega algo.
~
_______
Tengo miedo a escribir las cuatro palabras que tengo en mente por si acaban de torcer por enésima vez (lo que ya se podría calificar como rizar el rizo) cierto asunto telefónico que desde hace prácticamente tres semanas tengo -desgraciadamente- entre manos... pero bueno, inhalemos y sintámonos orgullosos de decir: a-la-mierda-Vodafone.

Debería hacer un relato detallado de cómo una clienta satisfecha -como yo lo fui- ha pasado ha ser en apenas 21 días una persona amargada, con ansias asesinas y con un ramalazo pro-piromaníaco que anteriormente desconocía. Pero realmente, y gracias a lo mentirosos que pueden llegar a ser los operadores de Mierdafone (a partir de ahora así me referiré a dicha compañía telefónica, no merecen que de mis dedos salga publicidad clara... si lo hace, que sea únicamente para gente inteligente que sepa descifrar tan complicado "nombre en clave" y que por lo tanto seguirá mis consejos sin que sirva de precedente) y las vueltas que te pueden hacer dar para descubrir finalmente que su trabajo consiste en timar al personal, he olvidado todos los pasos que tuvimos que seguir mi padre y yo para desquiciarnos totalmente. Por tal motivo, y como autorecordatorio de que jamás tengo que volver a morir a Mierdafone, intentaré, aunque sea grosso modo (que no "a grosso modo", que algo aprendí en dos geniales años de Latín), recordar las putadas y mentiras más gordas que hemos tenido que aguantar hasta hoy. Bienvenidos a una aventura en toda regla -y todavía inacabada, a mi pesar-: conseguir un móvil barato.

Mi andanza comenzó en tierras galas, cuando, inocente de mí, descubrí que mi móvil que ya ronda los 3 años de edad (si es que se puede decir que los móviles "cumplen" años) tenía una batería debilucha que prácticamente se agotaba al estar 2 días en espera. Entonces vi tal hecho como un rayo de esperanza, una oportunidad única para cambiar mi terminal antes de irme a Barcelona. Ahora... permitidme ver dicho incidente como una obra más propia de satán que de un bondadoso ángel de la guardia.

A la vuelta mi padre se decidió a completar conmigo la que he decidido bautizar como "Ruta del Celular": poder averiguar precios de Mierdafone-Orange-Movistar-The Phone House andando menos de 400 metros. De esta manera observamos que el móvil en el que estaba interesada, un Nokia 5800, estaba prácticamente regalado en portabilidad a Movistar... y eso hicimos, ir a dicha compañía a formalizar el contrato. 7 días y sería mío... o eso me dijeron, infeliz de mí, ya que pasadas escasas 24 horas empezaría el calvario.

A partir de este momento todo está confuso, como si me hubiese pasado con la bebida o si me hubiese golpeado la cabeza contra algún mueble (por ejemplo un sofá, como me ha explicado hoy mi primo que se ha hecho un chichón... tiene buenos genes), pero sin haber ocurrido ningún percance similar. Me llamaron de Mierdafone ofreciéndome el oro y el moro, todo para que no me cambiara de compañía, y claro, triste de mí, creí que sería verdad que en 24 horas tendría un Nokia 5800 a la puerta de mi casa... ¡y por 0€! La euforia iba in crescendo, al igual que los mensajes de la compañía del timo. Mensajes que me remitían a no-sé-qué departamento (es que eso de los departamentos les mola mucho, sobretodo para liar a los clientes y que no sepan con quién han hablado ni con quién tienen que hablar) y que iban retrasando la llegada de mi teléfono días y más días, principalmente por un supuesto traspaso de puntos que tenían que realizar, en principio en 24 horas... realmente se consumó -¡qué porno!- en 7 después de múltiples llamadas amenazadoras y cabreos e incongruencias varias. Eso sí, en 48 horas mi contrato estaba aceptado y ellos cobrando con una tarifa más elevada de la que me habían dicho que me pondrían.

Lo dicho. Pasaron 7 días (unos 14 desde que un día feliz decidí emprender mi particular cruzada en busca de un teléfono móvil barato) y allá a las 17.15 recibí una llamada de Mierdafone diciéndome que sí, que me iban a mandar el móvil... pero pagando yo 19€. Nos hartamos. Nada se había cumplido. Ni las 24 supuestas horas en que inicialmente se habría hecho el envío de mi Nokia 5800 ni el precio que me ofertaron para que no llevara a cabo mi portabilidad a Movistar... y para colmo la señorita operadora informándonos del cambio en lo pactado usando un vocabulario en un tono demasiado alto de lo necesario y rozando el insulto.

Así decidimos volver a Movistar y retomar el contrato que cancelamos ante una suculenta -pero finalmente falsa- oferta de Mierdafone. Hoy me he dado definitivamente de baja de la compañía del timo... y próximamente lo harán mis padres (ambos), y probablmente todos aquellos a quien podamos influenciar para que abandonen una operadora de telefonía que toma a sus clientes por el pito del sereno entre promesas falsas y ocultación de información. Ladrones. Estoy a un paso de ir a denunciarlos a Consumo... si supiera dónde hay que ir.

Dudo que alguien vaya a leer semejante tostón (que puede que se prolongue dependiendo de la eficacia y fiabilidad de Movistar en sus promesas), pero la moraleja es simple: Evitad a Mierdafone, tarde o temprano os timarán.
~
__________
Ésta es una larga historia. Un día entras en Internet y ves que una conocida te ha mandado una invitación a una web de universitarios, y claro, como ves que tienes un pie en la universidad, te hace gracia el proyecto. Decides crearte un perfil e intentar conocer gente nueva, consciente al cien por cien de que las relaciones por la red se pierden entre megabytes, códigos binarios y servidores varios... pero ¿qué queréis? Es divertido.

Pocas horas después tienes bastantes más mensajes de los esperados. Hay gente maja, obviamente también hay gilipollas empedernidos. Respondes a los primeros, creyendo que todos son personas equilibradas, pero semanas después descubrirás que estabas equivocada, ¡ay, inocencia en estado puro!

Con el tiempo acabas por intercambiar mensajes con sólo un par de personas, como siempre acaba ocurriendo, al igual que la disminución del flujo de mensajes se hace cada vez más evidente. No me importa lo más mínimo, la verdad es que tanta superficialidad me estaba agobiando ya. Pero parece que hay alguien incansable. Cada vez más mensajes, más, más, más... y mi sorpresa es que descubre mi nombre sin yo indicárselo y me lo encuentro en Tuenti "ofreciéndome" su amistad. Acepto, no quiero ser maleducada... y bueno, piensas que es otra persona como tú, pasando el rato por Internet.

No queda ahí la cosa. Ahora quiere MSN. Bueno, vale -piensas-, será de ésos típicos que cuando te conectas ni te mira, y tú tampoco le miras, naturalmente, pasas de él. Al final resulta ser de esa otra subespecie que parece que esté esperando que el muñequito junto a tu nombre cambie al color verde para "atacarte" con saludos excesivamente efusivos y al final cansinos. Está jodiéndote ya un poco, la verdad, pero intentas ser amable a pesar de tu desencanto. ¿Una persona como tú? Ya lo estás dudando. ¡Yo no asalto a los demás por Internet! Bueno, vale, una vez hice algo parecido, pero luego ahí quedó, en el cajón en el que guardo aquéllo que pudo ser gracias a mi nulo arrojo a la hora de saludar a un desconocido por Messenger. Unos tanto -diría que demasiado- y otras tan poco.

Más mensajes privados a causa de tu escaso interés por la mensajería instantánea durante los últimos días (es lo que tiene que la mayoría de gente con la que más sueles hablar usando este medio de comunicación estén en Madrid) y empiezas a dudar de si tal elemento sufre algún tipo de desequilibrio obsesivo-compulsivo. No. Ya lo has confirmado. Anoche aquella conocida -íntima de una amiga mía- que me invitó al núcleo del problema, es decir, cierta web de universitarios, me informa de que el individuo ofuscado ha estado intentando sonsacarle el por qué de un supuesto bloqueo en la petición de amistad que me hizo vía Facebook. ¡Y yo ni siquiera entré ayer en dicha página! Pobre chica, no supo qué contestarle.

Y ya por último hoy entras en Tuenti y te encuentras en el margen izquierdo, con ese color verde tan desagradable (al menos para mí) que tienes un mensaje privado y un par de comentarios. Ya sabes de quién será uno de ellos. Y no estabas en absoluto equivocada... y para colmo resulta que dicho comentario me remite a la carpeta de mensajes recibidos. ¡Sorpresa! ¡Te están poniendo de vuelta y media sin tú haber hecho nada! Pero bleh, pasas del tema, ni siquiera acabas de leerlo. Eliminas del MSN y cuando te diriges a hacer lo propio en Tuenti, te das cuenta de que se te han adelantado. Menos trabajo para la menda. Ya estabas informada de lo que iba a pasar desde anoche, y de paso confirmas tus "temores" de que alguien puede estar sufriendo algún tipo de trastorno obsesivo-compulsivo, jajaja.

¿Mi consejo? ¡no os fiéis nunca de las apariencias! No todas las personas que parecen estar cuerdas realmente lo están. Pueden estar como una puta col. ¿Mi actuación? Dudas sobre si mandar el último mensaje a una persona. Puedo resultar también un poco psicópata si le dijera todo lo que tengo pensado, pero... sería uno y no más, y obviamente no se encontraría con 3 o 4 privados diarios intentando averiguar todo lo posible de él.

Cuánto loco y qué pocas plazas en los manicomios...
~
_____
Mucho ha llovido ya desde mi última actualización. No es que me haya negado a escribir por falta de anécdotas que contarle al vacío -lo que viene siendo este blog-, sino que la pereza que reina el ambiente general de julio-agosto me ha retenido... hasta hoy. Pero eso no significa que no vaya a volver. Realmente pienso que va a volver.

En este tiempo, como ya he dicho, han pasado varias cosas: cambios de humor, salidas con amigos, he terminado el genialérrimo Los Pilares de la Tierra (y sí, mañana he decidido empezar ya de una vez Un Mundo Sin Fin)... pero creo que lo más destacable es mi viaje a París, el que tanto temía pero finalmente salió -excepto un par de ratejos- a pedir de boca. Ya tocaba.

Andar, andar y más andar, y entre paseo y paseo poder admirar monumentos como la Torre Eiffel, la Catedral de Notre Dame o el Sacré Coeur en Montmartre. Pero obviamente también visitamos el museo de Orsay o el de Cluny y cómo no el archiconocido Louvre, con sus kilómetros de obras irrepetibles... entre las que para mí destacó El Juramento de los Horacios de David... Selectividad. A esto hay que sumarle otros enclaves turísticos como la plaza de la Concorde, los Campos Elíseos, el Barrio Latino y el Judío... y supongo que algo me dejo, porque 6 días dan para mucho. ¿Parte negativa? Pasarme casi una semana durmiendo en una cama de unos escasos 70 centímetros de ancho. Lo dicho, lo que no me pase a mí...

Y ahora, ya desde hace unos días, me vuelvo a encontrar en Castellón... pero con novedades. No sé qué le ha pasado a mi familia que nos hemos envuelto en una espiral de consumismo empedernido que me asusta. Realmente me asusta el buen ambiente que reina desde que llegamos de la que dice ser la "Ciudad del Amor" o "de las Luces" (será por lo mucho que les gusta tenerlo todo de color dorado, ¡los muy horteras!), pero bueno, disfrutémoslo, que por todos es sabido que todo lo que sube, baja.

Ya por último, y como reflexión personal después de pasar ayer una buena noche con unas cuantas amigas y pecando en cierto modo de soberbia, decir que si las mujeres somos complicadas, se me queda escaso el vocabulario que he ido adquiriendo durante 18 años para calificar con un adjetivo al género masculino. No es por nada en concreto, pero no los entiendo. ¿Qué es lo que buscan en una chica? Bleh. Realmente no tengo ninguna necesidad de encontrar la respuesta, porque tampoco tengo ninguna necesidad de noviazgos ni líos de ese tipo, pero cada vez tengo mayor curiosidad, y claro, la noche y su magia hace que filosofee más de lo normal. Me encanta.
~