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No soy una persona que se caracterice por expresar su afecto por los demás de un modo público, soy consciente de ello, pero desde el viernes mis sentimientos se encuentran a flor de piel y cualquier recuerdo de la Graduación hace que unas lagrimillas afloren fácilmente por el rabillo de mis ojos.

El día 29 de Mayo se convirtió finalmente en el más feliz de mi vida. Todo salió como lo había soñado, fue perfecto. Aprobé el práctico -sí, ya soy conductora legal... aunque hasta el martes no tendré el carné-, noticia de la que me enteré después de que mi profe de autoescuela (a pesar de ser un capullo y odiarle a montones, es una gran persona) me llamase y en un primer momento me dijese que había suspendido... pero bueno, se le perdona -tras haber experimentado unas inmensas ganas de matarle, claro está-. En ese mismo momento, estaba yo recogiendo las notas en el instituto... y fue genial. Resulta que tengo la mejor nota de 2º de Bachiller en bastantes años en el Politècnic, y creo que tengo Matrícula de Honor en Bachillerato... pero de esto no estoy yo muy segura, ya que no me he enterado de esta noticia por ningún "organismo oficial". Da igual, soy muy feliz con mi 9'4 de media en Bachiller.

Pero dejemos de hablar de mí (hoy sí que me podéis tachar de egocéntrica) y hablemos de la Graduación de la promoción 2008-2009, la que -según dijeron- es de las mejores que ha tenido el IES Politècnic, y de la que me llena de honor formar parte.

La ceremonia en el Instituto fue ganando en intensidad a medida que pasaban los minutos. Salvador con su discurso inacabable; Marisa, aunque algo breve, emotiva; Isabel genial con su sueño aristoteliano... pero la mejor con diferencia fue Ángela. Me acuerdo de su discurso y mis ojos se empapan. Fue la responsable de que me pusiese a llorar como una tonta en la Graduación, pero escuchar unas palabras tan bonitas y sinceras hacia sus "alumnos predilectos" me emocionó... y escuchar de una persona tan admirada por mí y que tanto me ha influido en estos dos últimos años su opinión de mí misma no tuvo precio. Podría yo también dirigirle palabras preciosas, pero no sé... espero que las lágrimas de emoción y admiración que me vio derramar le significaran todo lo que siento por ella, la mejor profesora y persona que he tenido en todos estos años, y con la que espero no perder la comunicación... ya que puede que algún día siga sus pasos como profesora de Latín (porque reafirmo que lo de estudiar Filología Clásica no es un capricho, sino una pasión que he de desarrollar).

Luego he de reconocer que no presté toda la atención que debiese a los compañeros de otras clases que leyeron discursos, pero hay que apuntar -como mucha gente hizo- que el mejor discurso fue el de mis conclasianos Silvia y Llaves, los del BAHA, de los que me siento superorgullosa de haber compartido clase... la mejor clase que he conocido y con los que espero que celebremos cenas o reuniones cada cierto tiempo para recordar 2 años fabulosos. Como sé que Silvia puede que lea esto, he de decirle que ha sido una compañera genial a la que he podido considerar amiga este año, y espero que pueda siguiendo ser así durante mucho tiempo... y que sí, que lo hizo muy muy bien a pesar de sus temores y vergüenzas... ¡quien vale, vale, superdele!

Y bueno, hay que hacer también un reconocimiento especial a gente como Eliana, que hizo una actuación preciosa -que también me hizo derramar alguna lagrimilla, ¡qué raro, ¿eh?!- y a todas aquellas alumnas (sí, porque sólo fuimos chicas) que recibieron un reconocimiento por ser las que mejores notas sacamos en Bachiller: Paz, Aida, MªJesús, Teo, Marta y Jeni (sí, incluso ella), enhorabuena (y gracias a todos los que también me felicitaron por formar parte de este grupito "privilegiado").

Tras esto hay que citar la gran excursión en coche que hicimos pilotados por Jessi desde el Instituto hasta el Hotel Luz -donde tuvimos una cena deliciosa, según dictados de mi paladar-. Música a tope, frenazos al ritmo de la música, las típicas tonterías de clase, muchas risas... ¡y la rotonda! Qué grande eres Jessi... y lo demostraste después de la cena "atacando" a la pobre Inma, nuestra valenciana favorita (siempre con permiso de Isabel).

Y en la cena... pues puede que la última reunión de todos los de 2ºBAHA en mucho tiempo. Fue un placer sentarme con todos vosotros y compartir las últimas risas tras dos años con vosotros. Ya lo he dicho, pero no os olvidaré nunca, ya que para mí ésta ha sido la mejor clase en toda mi vida escolar y con diferencia. De verdad, un placer... aunque faltase Pablo, pero ya sabemos que es un caso perdido. Pero he de decir que además de la cena también pude compartir con ellos los últimos "bailoteos" -bailar Bisbal con Llaves no tiene precio-, las últimas borracheras (¡ese pantano Raúuul!) y las últimas conversaciones con los profesores (todos unos fumadores empedernidos, por cierto).

He de reconocer que puede que a quien más eche de menos sea a los profesores que, como dijeron mis compis en su discurso, "han tenido el placer de aguantarnos este año". Eso no significa que no añoraré a todos los alumnos del Instituto con los que he tenido una relación o bien cordial o bien de amistad, pero es que con estos últimos seguramente seguiré teniendo contacto, y con muchos de los profesores no (aunque si mi madre siguen en el Instituto el año que viene seguro que me hace de puente con los que sigan en el centro). Así que, aunque jamás leerán esto, he de mostrar mi pública admiración a gente como Ángela, Inma, Loli, Isabel, Toni... y supongo que a los demás profesores de este año también... pero lo siento, con menor medida. Son éstos los principales con los que me gustaría mantener de tanto en cuando una conversación sobre los años que ya son pasados, de la situación actual, y de los planes futuros. Y sí, Inma, acepto tu propuesta de que seas mi profe de prácticas cuando algún día consiga estudiar Filología Clásica.

Así pues se cierra un capítulo de mi vida. Lo voy a echar todo mucho de menos, profesores, compañeros, Instituto en general. En estos momentos me encuentro perdida, estudiando Selectividad sin saber qué ocurrirá el año que viene, cómo será la vida en la Universidad... pero lo que tengo claro es que estos 6 años en el Politécnico (el que estuve a punto de abandonar en 4º de ESO para irme a otro Instituto, y ahora me siento feliz de no haber tomado esa decisión) jamás se me olvidarán. Siempre tendréis un huequecito en mi corazón, os lo prometo... y sí, siempre estaré ahí cuando me necesitéis, lo juro.

Buena suerte a todos, y hasta siempre.
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