Y dicen que algún día ocurre algo que cambia tu vida radicalmente. A mí no.

Viernes: Ya que eres una estudiante responsable -y no tienes mejor plan, mira tú qué tristeza- quédate en casa adelantando ese gran tumulto de trabajo que te han mandado esas personas que al oír "fin de semana" rápidamente lo relacionan con "tiempo libre para que estos pringados trabajen". Raramente salir de noche.

Sábado: Por la mañana levántate allá por las 10.30 -como tarde- y ve a dar una vuelta por ese "pueblo de mierda" en donde vives, siempre acompañada por tu madre, ya que es la única persona que últimamente parece que te quiera de verdad. Vuelve a casa y ponte a hacer las redacciones de Filosofía -sí, plural- que a día de ayer te negaste a hacer. Si tienes suerte por la tarde saldrás un ratito, y ya si te toca el gordo tendrás plan para actuar con nocturnidad y alevosía.

Domingo: Ya sea a hora de comer o después de hacerlo, ve a casa tu abuela. Te lo pasarás bien, pero tus primos estarán muy ocupados jugando a la DS o a la PSP. Observarás como tu abuela, tu madre y tu tía cosen faldas y tú mientras escucharás en tu móvil algo de música. Volverás a casa y terminarás lo poco que te quede de trabajo. Luego directa al ordenador, a escribir algo en tu blog y a esperar que la semana que viene se obre el milagro.

No soy el oráculo de Delfos, soy mi yo futuro. Os aseguro que no me equivocaré en vista a la semana que viene.
~

Comments (2)

On 26 de octubre de 2008, 20:28 , Rubén dijo...

el mioha sido mas triste, no te preocupes...

 
On 29 de octubre de 2008, 10:44 , Anónimo dijo...

todo el mundo tiene amigos, seguro que tu no tienes a nadie?