Ojos que luchan por no cerrarse acompañados de una nariz que a su vez pelea por permitirle la entrada al aire que nos hace vivir y mientras la cabeza te da vueltas, no estás donde debes, no te concentras, está encapotada, como el cielo en una noche de tormenta. Además, por si todo eso no fuera poco, notas que la temperatura de tu cuerpo es extrañamente elevada... más que ayer a estas horas.

Sonríe, ¡te has resfriado! Y para colmo ha sido a las puertas de un puente.

Pero debes seguir con tus obligaciones: estudia, mañana tienes examen de Latín - fácil, pero examen es; lee, el libro de la EOI te espera, y además sabes -porque eres responsable- que si no lo lees ahora se te acumulará con los del Instituto; levántate pronto, las clases te esperan y necesitan que estés en plenas facultades.

Sonríe, ¡te has resfriado! Y para colmo te quedarás todo el puente en casa.

Y ya para rematar la jornada, mañana comerás rápido cualquier cosa rápida de preparar, tan rápida como la manera en la que te tocará ir a la parada de autobús tras acabar tus horas obligadas como estudiante de Bachillerato: tienes que ir a la EOI.

Sonríe, ¡te has resfriado! Y para colmo se te fastidiarán los planes para el jueves noche.

Te gustaría que todo terminara ahí, pero no: a 2 días del puente tienes ya trabajo acumulado. Es precioso tener que hacer 2 redacciones y un trabajo en 4 días, ¿verdad?

Sonríe, ¡te has resfriado! Y para colmo no podrás salir con tu amiga llegada de Alemania.

Me encanta ser estudiante, tener días libres y estar resfriada. ¿Quién no disfruta con esa situación?