¿Desde cuándo saben más sobre lo que hicimos el curso anterior los profesores que a saber dónde narices estaban trabajando que nosotros, los que sufrimos las clases en nuestra propia piel?

Sólo me faltaba esta mañana una estupidez como ésa para cabrearme del todo. ¿Qué narices sabrá ella? Y lo peor es que por lo visto acabamos quedando como mentirosos para con los demás profesores del instituto. ¿Qué interés tendremos nosotros en mentir? Si este año igualmente tendremos que apechugar con toda una gramática (+ otra, + otra...) y su historia, ¿para qué retrasar el proceso? Pero claro, hay gente que no lo entiende. Los alumnos siempre somos las ovejas negras.

Además, ¿por qué narices me empeño en que los adultos me caigan bien a primera vista, si la gente de mi edad prácticamente nunca lo hace? Así luego me llevo desengaños. Y pensar que a principios de curso tenía esperanza de que ésa siguiera siendo una de mis asignaturas favoritas...

Pero bien, basta de quejarse por algo que ya discutimos esta mañana. Ahora ya se me ha pasado el cabreo y además por suerte -o por desgracia- me encuentro de mucho mejor humor que antes de que dichos acontecimientos acontecieran (valga la redundancia). Hay que estudiar, ¿no? Pues a ello voy.
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