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Es increíble ver a la velocidad que pasa el tiempo. Hace nada estaba escribiendo la entrada de Sant Jordi del año 2008, y me doy la vuelta y resulta que estoy haciendo lo propio del año 2009.

Puede resultar extraño el que yo escriba ésto hoy por dos razones: La primera, es que si cogemos un calendario nos damos cuenta de que el Día del Libro es mañana, y no hoy... pero yo mañana es muy posible que no toque el ordenador a causa de acumulación de trabajo, prácticas del coche y estudio de Griego, pero no obstante quiero dejar patente del paso de esta jornada. De aquí se puede deducir el siguiente "sinsentido". ¿Cómo es posible que me interese por Sant Jordi -también conocido como "día de los enamorados" en Catalunya- si hace escasos 2 meses me declaré totalmente en contra de otro "día de los enamorados" como San Valentín? Pues ésto tiene muy fácil solución: Para mí la bonita leyenda que se esconde detrás de la celebración le aporta un cierto tinte histórico y cultural que la convierte en algo digno de celebración y consideración positiva en detrimento de su tímido talante consumista.

Podría llenar unas cuantas líneas contando la historia del dragón, la princesa, el santo y la rosa, pero creo que es por todos ya de sobra conocida... y sería repetir guión ya presentado. Así pues, únicamente desearé un buen día de Sant Jordi a todos, ya sean enamorados que recibirán libros y rosas, personas que conmemorarán el Día del Libro como soporte de historias geniales y sueños, o bien gente como yo que aunque no esperen nada de la jornada de mañana, cruzan los dedos por tener un buen día y se agarran a la esperanza de que algún día puedan ser receptores de una rosa o un libro por parte de alguien amado.
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