_____
Los autobuses son uno de esos inventos que actuan como un arma de doble filo. Vale que sea recomendable el uso de transporte público, vale que su invención marcara un hito en la historia de los transportes, pero sus beneficios no compensan los malos ratos que se pasa un ser humano medio en ellos.

Pasando por los autobuses de dos pisos de Londres, de los que quedan pocos originales por sus altos índices de emisiones contaminantes, también por aquellos que circulaban -y supongo que siguen haciéndolo- por Dublín y alrededores, y alejándonos lo más posible de los autobuses modelo lata-de-sardina de Malta que parecían como mínimo cuatrimundistas, hay que tener en cuenta los autobuses castellonenses. Como no podía ser de otra manera en una ciudad que es el culo del mundo -o al menos de la Comunidad Valenciana, a pesar de encontrarse en el norte de ésta-, los autobuses de Castellón también son una mierda como una catedral gótica (que las románicas son más pequeñitas).

Partiendo de la base de que en esta gran ciudad los corruptos gobernantes que como el ya archiconocido -gracias a LaSexta- señor Fabra tenemos el placer de disfrutar de su mandato gracias a los cazurros que viven en esta parte desdichada del mundo (que me voy por las ramas) compran los autobuses desechados de ciudades como Madrid por ser excesivamente contaminantes, ya se puede saber que el resultado no será nada bueno.

Luego encontramos a los típicos jubilados -llamémosles jubiladas más acertadamente- que supongo que no serán propiedad privada de Ca-castellón, pero que joden bien haciéndote perder el tiempo en los ultracalefaccionados autobuses (en los que llegas a los 30º en pleno invierno) cuando tienes prisa por llegar a la EOI, haciéndole preguntas estúpidas al señor conductor -o kamikaze, como se los conoce a los que conducen así de mal en otras culturas más desarrolladas- y gritándole a su amiga momia a la otra parte del autobús... y claro, tú tienes un dolor de cabeza insoportable y sólo te faltan viejas chochas y locas cantarinas que te taladren con sus ladridos.

Para más inri, en el fondo sur encontramos a cuatro chonis emparejadas con cuatro malotes de no más de 15 años que se creen los reyes (¿véis por qué la República tiene que triunfar?) del autobús, y claro, como tales creen que tienen el derecho -o incluso el deber- de ocupar los máximos asientos, gritar como gallinas cluecas y además poner en sus móviles a todo volumen o bien reggaetonto o bien chundaquetechunda. Y conciénciate ya de una vez: no esperes puntualidad, morirás esperando.

Pero claro, eso no es todo. El nivel técnico de nuestros autobuses es muy avanzado, y por lo visto se lleva lo retro: aún conservamos piezas de coleccionistas con asientos de plástico malo color butano de allá por los 80. Eso sí, sin perdonar la subida de 0'50€ en los bonos cada año -y con suerte cada medio-.

Y ya finalmente, por estas épocas te encuentras con unos pobres ilusos universitarios que te preguntan en inglés rutas de autobús y entonces deduces que están de Erasmus. Pobres ilusos. Imaginaos el panorama:
-Mum, I've just got a letter and they say I can go to study to Spain!
-Really? Where? Barcelona? Madrid? Bilbao? Tell me son! You're a truly lucky boy!
-Ehm... well, here it says something like "Castellón"... gonna look for it on the Internet, but it sounds nice.
Y luego llega aquí y se encuentra con una ciudad triste, apagada, "calurienta"... ¡y con estos autobuses! Si yo fuera ellos me volvía a casa sin pensármelo.

Ahora saldrá Marta en defensa de sus bien amados autobuses, pero ¿qué quieres? Estoy quemada.
~

Comments (1)

On 5 de marzo de 2009, 21:41 , Marta dijo...

¬¬
k bien me conoces
aunk los de linea muchas veces son los autobuses mas mierdosos k te puedes encontrar :)
los buenos los utilizan para viajes mas "largos" xD
(yo conducire uno de esos k lleva a niñitos apestosos a su coleg :) )