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¿Qué se supone, que el regalo de cumpleaños ha sido su reaparición? ¿Pero de qué narices me sirve eso si es una semireaparición, es decir, que aparecer ha aparecido, pero nada de dejar su huella? ¿Me alegro o me deprimo? Eh, qué mierda.

Podría echar pestes por todas partes, pero ¿para qué? Realmente es una tontería, una persona más en el mundo. ¡Que aparezca el finlandés buenorro de Smint en mi vida y que se me olvide esa gentuza que se hernia por poner un "felicidades"! Dichosa barra rústica de las narices...

¿Descolocante? Probablemente. Pero con entenderme yo a mí misma me sobro y me basto, esto es un lugar de reflexión abierta y punto. Podría insultarle, amenazarle, pero no vale la pena. Sólo sería gratificante si lo leyera, pero como no es el caso, me da absolutamente igual. Eso sí, si por esas casualidades de la vida algún día volviéramos a hablar me emocionaría y una gran sonrisa se pintaría en mi cara, claro, para desaparecer horas después a causa de su ya conocida ausencia.

El hombre es el único animal que tropieza 2 veces con la misma piedra (a ver ahora qué se piensa la gente, jajajaja). Y al final sí recibí una de esas felicitaciones que me han alegrado el día. ¿Pero por qué la felicidad nunca me es completa?

Me voy a enfrentarme a los verbos irregulares, semideponentes, deponentes y deponentes pasivos de Latín, entre otros. Yo sola, sí, porque aquél que se ofreció a ayudarme es el mismo que está pseudopresente.
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Comments (1)

On 12 de febrero de 2009, 19:48 , Anónimo dijo...

Semideponente pasiva de mierda....

ves como no tienes que escribir esas cosas al final? Es que entonces la mente se va hacia otras cosas...

En fin, felicidades Harretrasadas...

(coño, lo de otras cosas... me Harrecuerda que tengo que hacer ingles, la mierda del reportid espix, pero como lo hice en clase mientras corregian XD (maldita ultima fila...))