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Materialismo, superficialidad. Queda mejor quien hace un regalo más bonito, quien se gasta más dinero en él, y todos le envidian. Es realmente patético, y por lo visto a la sociedad en general no se lo parece. Falso, muy falso. El amor para mí es otra cosa, por eso debo estar soltera.

Me siento avergonzada de mi misma por haber celebrado esta fecha vacía hace un par de años, pero me consuela que no fuese por iniciativa propia. ¿Que los sentimientos conocen de fechas ahora? Pues menuda novedad, estúpida novedad. Querer no es regalar una flor, unos bombones, un oso de peluche que canta "I will always love you" si le apretas la panza, al menos no para mí. Querer no es ensanchar aún más si cabe las arcas de alguna tienda.

Tanto materialismo -como aquella mujer entrevistada ayer en El Intermedio que afirmaba disfrutar como una enana cuando su marido le regalaba joyas y zapatos caros y llegaba casi a avergonzarse de que éste prefería una nota de amor- es uno de los cánceres de la sociedad actual. Yo, personalmente, sería mucho más feliz con un beso que con un bolso nuevo, al igual que no me ha importado en absoluto no recibir ningún regalo de más de 1000 € -ni de muchísimo menos- en mi 18º cumpleaños, sino que lo que me ha herido ha sido que ciertas -concretas- personas no se acordaran de felicitarme.

Esto no es amor ni es nada, como mucho se lo puede calificar de ostentación, de falsas apariencias, en definitiva, de todo aquello que todos dicen odiar pero que de sus actuaciones se deduce totalmente lo opuesto. Al menos el día de Sant Jordi -el de los enamorados por la zona catalanoparlante- tiene una bonita historia... pero tampoco justifica el despilfarro que se lleva a cabo en días como hoy ni la jornalización de los sentimientos. O quieres, o no quieres, pero no amas en días puntuales únicamente.
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Comments (1)

On 14 de febrero de 2009, 15:48 , Rubén dijo...

Bleeeeeeeeh, y l hombre que se gasto 2000 euros en un diamante? XD