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Como en las clases Historia no se aprende nada gracias a la incompetencia de esa "co-sa despre-ciab-le" que se hace llamar profesora, me hallo leyendo el resumen que me hice tiempo atrás sobre los dos temas -de apariencia infinita, por cierto- que nos entran en el examen del próximo viernes. Todo muy interesante, tanto que mi pasión historiográfica de la que me impregné en 4º de ESO está agonizando, a punto de desaparecer.

Así que paso de mirar nada, ya lo haré esta noche, ya he tenido suficiente con un día que parece que haya nacido al revés, igual que seguramente morirá con el toque de campanas que día a día, hora a hora, cuarto de hora a cuarto de hora, llega a través de las ondas sonoras a mis tímpanos.

Ya ha empezado todo mal con el examen de Latín. Que sí, que muy bonito ha quedado, con el logo del instituto (se cae a pedazos teniendo únicamente 6 años pero tiene logo, sintámonos orgullosos) y con cierto mosaico clásico, pero a muy mala leche. ¿Qué es eso de no poner nada de traducción? Sólo conjugaciones. Vaya mierda. Vaya desastre. Viva la evaluación contínua, suerte.

Luego no funcionaba internet en nuestro oh grandioso centro educativo. ¿Qué hacemos? Obvio. Jugar a un juego de mesa -o de libro, no sé cómo definirlo- clásico en el que no se hacía nada; un puto juego de la Oca. ¡Qué diversión! Igual que la que ha continuado durante las siguientes 4 o 5 horas, que se puede obviar. Sólo apuntar que la clase de Filosofía ha sido extrañamente amena y que tengo que volver a llevar mi última -y única por ahora- redacción Descartiana (automemoria).

Ya a última hora ha tocado Castellano, por lo que todos íbamos temblando a causa la inminente recepción de la nota de nuestro examen de sintaxis+valores del se+perífrasis verbales. Podría haber sido peor, ya que ayer noté que dicha licenciada en filología hispánica que además de ser profesora de Castellano es nuestra tutora, me miraba más poco de lo habitual -que ya es decir-, pero no se puede afirmar que ha sido un buen examen. 2/10 en los putos valores del se. Suerte que puntúa a final de trimestre como le da la gana.

Y a partir de las 3 EOI. Sólo entrar en clase ya se notaba que todo iba a ser extrañamente diferente: la señora polilicenciada se ha dignado a poner a nuestra disposición -¡al fin!- la lista en la que nos hemos podido apuntar para hacer la exposición sobre Watching the English. 25/3, justo después de la Magdalena. Molamos, como la clase de hoy. Tan poca gente (9) que éramos por lo visto fomenta el buen rollo y el rutinoso tostón de cada lunes y miércoles ha pasado a ser una amena clase con vídeo guiri sobre aquellos que mi gran profesora de 4º de ESO -aquélla ya alabada en esta entrada, que me inculcó la pasión por la Historia que ya había recibido en cierto modo de mi madre- llamaba los horteras de Benidorm; los que "millor que estiguen recluits en un cert lloc que que vagen pululant per ahí solts". Mujer sabia. Y para rematar la clase, otro juego de mesa, esta vez sobre Sampitiflín, otra vez con mi mala suerte habitual.

¿No dicen que desafortunado en el juego, afortunado en amores? Qué poco fiable es el refranero popular. ¿Cómo pueden esas letras que tanto amo desencantarme de tal modo con esas promesas falsas? ¿No dice Descartes que hay ciertas cosas que no se pueden prometer? Pues, ¿por qué lo hacen? ¿Por qué me crean falsas ilusiones?

Reflexiones en un día extraño que a nadie le interesará. ¿Qué más da? Al menos, escribiéndolo queda para la posteridad, ya que como buena humanista -o eso me gustaría ser algún día- creo en el individualismo, como durante el Renacimiento, y en cierto modo espero que mi nombre quede para las generaciones posteriores: generaciones de amigos, familia, amores. ¡Ja! Amores.
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Comments (1)

On 14 de febrero de 2009, 15:17 , Rubén dijo...

zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

te faltan ciertas horas XD